Es muy interesante poder añadir a nuestras páginas web reproductores de música para que todos puedan escuchar nuestras canciones favoritas. Para ello, disponemos de varias utilidades y una de ellas es alojar nuestros archivos en una de las múltiples páginas que nos ofrecen este servicio y posteriormente copiar el link que nos proporcionan para cada una de ellas.
Para poder realizar esta tarea debemos de seguir los siguientes pasos:
Registrarnos en la página web del servicio, que en este caso será Imeem (http://www.imeem.com).
Una vez registrados podemos acceder a nuestra zona privada, en la cual dispondremos de la opción de subir nuestros archivos de audio. Una vez subidos, simplemente pinchando en cada uno de ellos se abrirá un reproductor y justo debajo aparecerá una casilla con el texto de link para incrustarloen la página que deseemos.
Para añadir los archivos de una lista completa deberemos de crear una e incluir los deseados en ella. Finalmente pinchamos en ella para que nos aparezca un nuevo reproductor, pero esta vez con todos los archivos de la lista, los cuales también pueden ser incluidos en nuestra página.
Este es un servicio cómodo, eficaz y fácil de usar para poder incluir audios en nuestra página web.
miércoles, 6 de mayo de 2009
Edición de video
Para editar nuestros videos utilizaremos una aplicación on-line llamada kaltura (http://corp.kaltura.com). Lo primero que tenemos que hacer es registrarnos en la página para así poder tener un espacio propio donde gestionar nuestros videos.
Por defecto, en nuestra cuenta, nos aparece un video sin contenido. Para editarlo, pinchamos en añadir media al video y empezamos a editarlo. En este caso, vamos a crear un video a partir de fotos con transiciones y música.
Subimos las fotos que deseamos que aparezcan en el video y antes de finalizar el proceso nos pedirá que ratifiquemos que la foto no viola derechos de autor y la licencia de todo lo subido es para su compañía (algo que deberían de prohibir, o por lo menos, no obligarnos a utilizar ya que estoy totalmente en contra de estas condiciones).
Ahora tenemos un proyecto con la configuración por defecto y con nuestras imágenes. Para empezar de cero, borramos todo lo anterior desde la opción clear stroyboard y comenzamos a crear nuestro video.
Arrastramos la fotos que deseemos a las casillas libres en el orden que nos parezca conveniente.
El siguiente paso es añadir transiciones entre las imágenes para que el cambio de una a otra no sea monótono. Desde la pestaña Transitions podemos añadir diferentes efectos de cambio entre foto y foto.
Por último cargaremos un archivo de audio y lo añadiremos a nuestro proyecto. Si intentamos subir un audio, se nos cuelga la página (lo he intentado varias veces) por lo que no queda más remedio que usar uno predefinido.
Por defecto, en nuestra cuenta, nos aparece un video sin contenido. Para editarlo, pinchamos en añadir media al video y empezamos a editarlo. En este caso, vamos a crear un video a partir de fotos con transiciones y música.
Subimos las fotos que deseamos que aparezcan en el video y antes de finalizar el proceso nos pedirá que ratifiquemos que la foto no viola derechos de autor y la licencia de todo lo subido es para su compañía (algo que deberían de prohibir, o por lo menos, no obligarnos a utilizar ya que estoy totalmente en contra de estas condiciones).
Ahora tenemos un proyecto con la configuración por defecto y con nuestras imágenes. Para empezar de cero, borramos todo lo anterior desde la opción clear stroyboard y comenzamos a crear nuestro video.
Arrastramos la fotos que deseemos a las casillas libres en el orden que nos parezca conveniente.
El siguiente paso es añadir transiciones entre las imágenes para que el cambio de una a otra no sea monótono. Desde la pestaña Transitions podemos añadir diferentes efectos de cambio entre foto y foto.
Por último cargaremos un archivo de audio y lo añadiremos a nuestro proyecto. Si intentamos subir un audio, se nos cuelga la página (lo he intentado varias veces) por lo que no queda más remedio que usar uno predefinido.
martes, 5 de mayo de 2009
Edición de imágenes
Para la edición de imágenes utilizaremos la aplicación on-line Picnic, ya que en caso de querer editar imágenes mediante un software, recomiendo el Photoshop, programa que cada día me deja más fascinado.
Entramos en la página http://www.picnik.com y lo primero que hacemos es cargar la imagen que deseamos editar ya que no nos requiere ningún registro en el portal. Una vez hecho, veremos que dispone de una interfaz muy intuitiva, por lo que no nos resultará difícil modificar nuestra imagen.
Realizaremos los siguientes cambios en la imagen:
1. Cortar una parte de la imagen obteniendo un nuevo encuadre: Para ello simplemente hemos de ir a la opción recortar y seleccionar el encuadre que deseamos. Aceptamos y los cambios quedan establecidos.
2. Reducir la imagen a un tamaño adecuado para la publicación en Internet: Disponemos de la opción cambiar tamaño y en este caso aplicaremos una reducción de un 50%, seleccionando la casilla usar porcentajes y escribiendo 50.
3. Retocar el contraste y/o el color de la imagen: en este caso, aplicaremos un mejor enfoque (opción enfoque) con un valor de 33. Vemos que la imagen nos queda mucho más nítida. También pondremos la foto en blanco y negro modificando los valores de la saturación a -97 y de la temperatura a 33, para que le dé un mayor brillo. Por último corregimos la imagen desde la opción Corregir automáticamente.
4. Añadir un texto sobre la misma imagen: Para realizar esta acción debemos posicionarnos en la pestaña crear y seleccionamos texto. Elegimos el tipo de fuente que deseamos, que en nuestro caso será Impact, escribimos el texto deseado y cuando aceptamos nos incluye automáticamente el texto en la imagen. Podemos modificar su tamaño, color, etc utilizando la paleta.
Nota: Siempre podemos deshacer el último cambio realizado en la opción deshacer
Por último, guardamos la imagen seleccionada desde la pestaña guardar, le damos un nombre, podemos elegir el porcentaje con el que la deseamos guardar y la calidad de la compresión. Una vez configurados los parámetros a nuestro gusto, ya tenemos nuestra foto modificada.
Entramos en la página http://www.picnik.com y lo primero que hacemos es cargar la imagen que deseamos editar ya que no nos requiere ningún registro en el portal. Una vez hecho, veremos que dispone de una interfaz muy intuitiva, por lo que no nos resultará difícil modificar nuestra imagen.
Realizaremos los siguientes cambios en la imagen:
1. Cortar una parte de la imagen obteniendo un nuevo encuadre: Para ello simplemente hemos de ir a la opción recortar y seleccionar el encuadre que deseamos. Aceptamos y los cambios quedan establecidos.
2. Reducir la imagen a un tamaño adecuado para la publicación en Internet: Disponemos de la opción cambiar tamaño y en este caso aplicaremos una reducción de un 50%, seleccionando la casilla usar porcentajes y escribiendo 50.
3. Retocar el contraste y/o el color de la imagen: en este caso, aplicaremos un mejor enfoque (opción enfoque) con un valor de 33. Vemos que la imagen nos queda mucho más nítida. También pondremos la foto en blanco y negro modificando los valores de la saturación a -97 y de la temperatura a 33, para que le dé un mayor brillo. Por último corregimos la imagen desde la opción Corregir automáticamente.
4. Añadir un texto sobre la misma imagen: Para realizar esta acción debemos posicionarnos en la pestaña crear y seleccionamos texto. Elegimos el tipo de fuente que deseamos, que en nuestro caso será Impact, escribimos el texto deseado y cuando aceptamos nos incluye automáticamente el texto en la imagen. Podemos modificar su tamaño, color, etc utilizando la paleta.
Nota: Siempre podemos deshacer el último cambio realizado en la opción deshacer
Por último, guardamos la imagen seleccionada desde la pestaña guardar, le damos un nombre, podemos elegir el porcentaje con el que la deseamos guardar y la calidad de la compresión. Una vez configurados los parámetros a nuestro gusto, ya tenemos nuestra foto modificada.
Audacity
Disponemos de un software gratuito para la edición de archivos de audio, llamado Audacity.
En este caso, lo usaremos para la edición de dos archivos de música, lo cuales serán modificados a nuestro gusto y finalmente unidos en un solo archivo .mp3.
Lo primero que tenemos que hacer es arrastrar el archivo que deseamos modificar al programa y una vez cargado, dispondremos de una señal de ondas correspondiente a nuestro archivo. Para recortarlo, simplemente debemos seleccionar el trozo que nos interesa y copiarlo; o bien eliminar lo que no nos interesa.
Haremos lo mismo con el otro archivo de audio -en el mismo proyecto-, mostrándose en la misma pantalla los dos audios diferentes. Para que reproduzca uno a continuación del otro debemos desplazar uno de ellos seguido del otro, de manera que queden “sincronizados”.
También podemos disminuir el tono de uno de los archivos en la parte final para que no se produzca un cambio brusco a la hora de pasar de un archivo a otro. Esto lo podemos hacer utilizando el segundo icono de la zona superior izquierda -dos flechitas verticales con un punto en medio-. Esta herramienta nos permite seleccionar, en la señal de onda, los puntos que nos interese y una vez decididos, podremos modificar el tamaño de la misma aumentándolo o disminuyéndolo para conseguir modificar su tono.
Una vez que hemos finalizado el proceso de sincronización, sólo resta guardar el proyecto –que en este caso será en formato mp3- y para ello vamos a la opción “exportarlo como mp3”. Ésta nos dirá que necesitamos la librería “lame_enc.dll”. Nos la descargamos de internet, la copiamos en la carpeta donde se encuentra alojado el programa y repetimos el proceso de exportado.
Con estos sencillos pasos ya tenemos listo nuestro archivo de audio creado a partir de dos archivos diferentes.
En este caso, lo usaremos para la edición de dos archivos de música, lo cuales serán modificados a nuestro gusto y finalmente unidos en un solo archivo .mp3.
Lo primero que tenemos que hacer es arrastrar el archivo que deseamos modificar al programa y una vez cargado, dispondremos de una señal de ondas correspondiente a nuestro archivo. Para recortarlo, simplemente debemos seleccionar el trozo que nos interesa y copiarlo; o bien eliminar lo que no nos interesa.
Haremos lo mismo con el otro archivo de audio -en el mismo proyecto-, mostrándose en la misma pantalla los dos audios diferentes. Para que reproduzca uno a continuación del otro debemos desplazar uno de ellos seguido del otro, de manera que queden “sincronizados”.
También podemos disminuir el tono de uno de los archivos en la parte final para que no se produzca un cambio brusco a la hora de pasar de un archivo a otro. Esto lo podemos hacer utilizando el segundo icono de la zona superior izquierda -dos flechitas verticales con un punto en medio-. Esta herramienta nos permite seleccionar, en la señal de onda, los puntos que nos interese y una vez decididos, podremos modificar el tamaño de la misma aumentándolo o disminuyéndolo para conseguir modificar su tono.
Una vez que hemos finalizado el proceso de sincronización, sólo resta guardar el proyecto –que en este caso será en formato mp3- y para ello vamos a la opción “exportarlo como mp3”. Ésta nos dirá que necesitamos la librería “lame_enc.dll”. Nos la descargamos de internet, la copiamos en la carpeta donde se encuentra alojado el programa y repetimos el proceso de exportado.
Con estos sencillos pasos ya tenemos listo nuestro archivo de audio creado a partir de dos archivos diferentes.
jueves, 30 de abril de 2009
De cómo los derechos de autor deberían cambiar para ajustarse a la tecnología
En este artículo, el amigo Cory Doctorow -y no creáis que es el Doctor!!- defiende con total contundencia la idea de que las leyes han de modificarse para que se adapten al proceso evolutivo de la tecnología. Se sustenta en comparaciones y críticas -mayoritariamente a la industria musical- y tiene toda la razón ya que es esta rama –junto con los libros- la que sufre más por adaptarse y sobre todo por conseguir que sus productos sean rentables y no les sea fácil a los usuarios copiarlos “ilegalmente”.
El autor, utiliza muy buenos argumentos para defender su posición y la conclusión clara que se obtiene del artículo es que la evolución de la tecnología es algo beneficioso y no se debería intentar parar. La humanidad siempre se ha esforzado para mejorar día a día y la persona individual -sobre todo el empresario- ha intentado siempre ser mejor que la competencia para obtener beneficios. Lo que deberían hacer todos aquellos que se quejan de la “piratería” es mejorar sus productos y desarrollar nuevas tecnologías. De esta forma, seguro que no intentarían detener el desarrollo tecnológico sino todo lo contrario: contribuirían a su progreso.
El autor, utiliza muy buenos argumentos para defender su posición y la conclusión clara que se obtiene del artículo es que la evolución de la tecnología es algo beneficioso y no se debería intentar parar. La humanidad siempre se ha esforzado para mejorar día a día y la persona individual -sobre todo el empresario- ha intentado siempre ser mejor que la competencia para obtener beneficios. Lo que deberían hacer todos aquellos que se quejan de la “piratería” es mejorar sus productos y desarrollar nuevas tecnologías. De esta forma, seguro que no intentarían detener el desarrollo tecnológico sino todo lo contrario: contribuirían a su progreso.
martes, 28 de abril de 2009
The Pirate Bay
Un artículo publicado en Desarrollo Web nos informa que un juez ha condenado a los cuatro responsables del sitio a pagar más de 3,6 millones de dólares y un año de prisión. Considera que el portal infringe los derechos de autor.
Este portal es considerado como el mayor tracker del mundo y por ello discográficas como Warner Bros o Sony Music tenían como objetivo detener su actividad.
Los imputados se consideran inocentes y han declarado que no cesarán en su actividad mientras se espera por la sentencia firme.
Veremos en qué acaba todo esto ya que este asunto puede llegar a marcar precedentes....
Este portal es considerado como el mayor tracker del mundo y por ello discográficas como Warner Bros o Sony Music tenían como objetivo detener su actividad.
Los imputados se consideran inocentes y han declarado que no cesarán en su actividad mientras se espera por la sentencia firme.
Veremos en qué acaba todo esto ya que este asunto puede llegar a marcar precedentes....
jueves, 23 de abril de 2009
Copia este libro
Una vez leído el tema de las leyes y las redes P2P he llegado a múltiples conclusiones que pueden resumirse en una: Con buenas argumentaciones –no tienen por qué ser completamente ciertas- y documentándose cualquiera puede tener razón.
Me parece bastante gracioso que alguien que intenta descatalogar a otras personas por utilizar ciertos recursos y posteriormente contradecirse, a fin de cuentas acabe cayendo en el mismo pecado, ya que en un fragmento del artículo descataloga las afirmaciones realizadas por Farré en un programa de radio, al afirmar, y cito textualmente que: “el intercambio en redes P2P bordeaba el Código Penal, que era “casi delictivo” y el autor nos recalca posteriormente que: “Si algo es “casi delictivo”, es que no es delictivo. No hay medias tintas, la conducta tiene que estar claramente definida porque de lo que estamos hablando es nada menos que de la posibilidad de ir a la cárcel.”
Estaría totalmente de acuerdo con el autor si no fuese porque poco después nos dice que: “Sin embargo incluso en ese caso sería difícil calificar los actos que se producen en las redes P2P como actos de comunicación pública”. Es decir, nos intenta convencer de que es legal usar las redes P2P, al afirmar que es difícil pero no imposible –por lo que puede que sea considerado de esa forma-, que las redes P2P puedan calificarse como actos de comunicación pública, que en caso de ser así, serían considerados actividades ilegales. Como él mismo indicaba anteriormente, en estos temas no puede haber medias tintas, hay que estar completamente seguro de lo que se habla.
Y para rematar la jugada, indica que la subida de datos que se producen en las redes P2P (recordemos que en el mismo momento que comienzas la descarga de un fichero estás alojándolo en una carpeta pública y subiéndolo a la red) es automática por la propia configuración del programa. Hasta aquí todo correcto, salvo que finalmente indica que como en muchos casos el usuario no tiene conocimiento de estas acciones, no debería de tener validez legal. Ante todo, como en cualquier acción de riesgo, la gente debería informarse y evaluar las posibles repercusiones. Si desconoces que también estas subiendo archivos a la red, desconoces que realizas una acción ilegal, pero al fin y al cabo la estás haciendo.
Desde el punto de vista caval y sobre todo poniéndome en la piel de un usuario común (usuariu vulgaris), entiendo que se desconozcan todos estos matices y que sólo tengas constancia de descargarte una canción, pero eso no quita que alguien pueda reprender acciones legales en tu contra -cosa que espero que no ocurra- porque estoy totalmente a favor de la descarga libre de ficheros al considerar que no sólo la sociedad vive de música o películas sino que también usamos las redes P2P para documentarnos y adquirir nuevos conocimientos.
Finalizando, simplemente indicar que el autor aporta muchos fragmentos de libros, leyes y demás textos, aunque creo que únicamente sustrae de ellos la información que a él le conviene. Esto es como cuando en Gran Hermano (y no me digas que nunca lo has visto) se quejaban de que sólo ponían aquéllas conversaciones que a los editores les interesaba, llegando incluso a sacar de contexto los comentarios realizados por los concursantes. En este caso he tenido esa misma impresión, creí estar leyendo fragmentos que corroboraban sus posturas, pero tenía la sensación de que por el medio faltaba lo más importante, que es lo que el autor se come poniendo […].
En conclusión, no creo conveniente una lectura como ésta para gente que carece de conocimientos legales y de leyes, sobre todo de un tema tan concreto aunque no menos interesante y necesario, ya que usa demasiados términos y se basa en aportaciones y referencias de textos legales. También indicar que apoyo totalmente la postura del autor cuando dice que es necesario eliminar de la opinión pública a esa minoría todopoderosa que creen que pueden hacer todo lo que les plazca para obtener resultados que unicamente les convienen a ellos.
Me parece bastante gracioso que alguien que intenta descatalogar a otras personas por utilizar ciertos recursos y posteriormente contradecirse, a fin de cuentas acabe cayendo en el mismo pecado, ya que en un fragmento del artículo descataloga las afirmaciones realizadas por Farré en un programa de radio, al afirmar, y cito textualmente que: “el intercambio en redes P2P bordeaba el Código Penal, que era “casi delictivo” y el autor nos recalca posteriormente que: “Si algo es “casi delictivo”, es que no es delictivo. No hay medias tintas, la conducta tiene que estar claramente definida porque de lo que estamos hablando es nada menos que de la posibilidad de ir a la cárcel.”
Estaría totalmente de acuerdo con el autor si no fuese porque poco después nos dice que: “Sin embargo incluso en ese caso sería difícil calificar los actos que se producen en las redes P2P como actos de comunicación pública”. Es decir, nos intenta convencer de que es legal usar las redes P2P, al afirmar que es difícil pero no imposible –por lo que puede que sea considerado de esa forma-, que las redes P2P puedan calificarse como actos de comunicación pública, que en caso de ser así, serían considerados actividades ilegales. Como él mismo indicaba anteriormente, en estos temas no puede haber medias tintas, hay que estar completamente seguro de lo que se habla.
Y para rematar la jugada, indica que la subida de datos que se producen en las redes P2P (recordemos que en el mismo momento que comienzas la descarga de un fichero estás alojándolo en una carpeta pública y subiéndolo a la red) es automática por la propia configuración del programa. Hasta aquí todo correcto, salvo que finalmente indica que como en muchos casos el usuario no tiene conocimiento de estas acciones, no debería de tener validez legal. Ante todo, como en cualquier acción de riesgo, la gente debería informarse y evaluar las posibles repercusiones. Si desconoces que también estas subiendo archivos a la red, desconoces que realizas una acción ilegal, pero al fin y al cabo la estás haciendo.
Desde el punto de vista caval y sobre todo poniéndome en la piel de un usuario común (usuariu vulgaris), entiendo que se desconozcan todos estos matices y que sólo tengas constancia de descargarte una canción, pero eso no quita que alguien pueda reprender acciones legales en tu contra -cosa que espero que no ocurra- porque estoy totalmente a favor de la descarga libre de ficheros al considerar que no sólo la sociedad vive de música o películas sino que también usamos las redes P2P para documentarnos y adquirir nuevos conocimientos.
Finalizando, simplemente indicar que el autor aporta muchos fragmentos de libros, leyes y demás textos, aunque creo que únicamente sustrae de ellos la información que a él le conviene. Esto es como cuando en Gran Hermano (y no me digas que nunca lo has visto) se quejaban de que sólo ponían aquéllas conversaciones que a los editores les interesaba, llegando incluso a sacar de contexto los comentarios realizados por los concursantes. En este caso he tenido esa misma impresión, creí estar leyendo fragmentos que corroboraban sus posturas, pero tenía la sensación de que por el medio faltaba lo más importante, que es lo que el autor se come poniendo […].
En conclusión, no creo conveniente una lectura como ésta para gente que carece de conocimientos legales y de leyes, sobre todo de un tema tan concreto aunque no menos interesante y necesario, ya que usa demasiados términos y se basa en aportaciones y referencias de textos legales. También indicar que apoyo totalmente la postura del autor cuando dice que es necesario eliminar de la opinión pública a esa minoría todopoderosa que creen que pueden hacer todo lo que les plazca para obtener resultados que unicamente les convienen a ellos.
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